La maternidad esta sumamente idealizada, aunque cada vez más mujeres se animan a mostrar diferentes modos de vivir esta experiencia transformadora.
Las idealizaciones no tienen nada que ver con una maternidad saludable, de hecho todo lo contrario suelen evadirse de la realidad.
Las idealizaciones exigen, imponen, establecen patrones alejados a la realidad, y por tanto muchas veces imposibles de cumplir, y por lo tanto suelen venir acompañados de sensaciones de desgaste, agotamiento, tristezas y culpas…
“El miedo a ser mala madre y las expectativas de ser una madre perfecta y siempre feliz son cada vez más alta”
Vivimos un tiempo donde ser positivos, felices todo el tiempo es la regla.
Pero cada vez más los psicólogos nos encontramos en la consulta que curiosamente cuanto las personas más se empeñan en persigue este estado constante de “Felicidad” más infeliz se vuelve. En las madres parece esperarse que el mismo hecho de convertirse en madres, les causa de forma inmediata una satisfacción plena y las mamás que no se sientan de esta manera suele vivir la maternidad con muchísima culpa.
La maternidad transforma a la mujer, ya nada será exactamente igual a lo que era tu día a día. Y dependerá de cada mujer y de como ha llegado a la maternidad de como ha ido construyendo su rol de madre pero también de mujer, de las expectativas más o menos realistas que estén depositadas en su maternidad, de su capacidad empática y de conexión con su bebé, de sus deseos más allá de su hijo y por supuesto de la red de apoyo con la que cuente, pareja, familia extensa, situación económica, salud. Que podrán tener la mejor maternidad posible
Por Veronica Orellana, psicóloga infantil de NutriTándem
